
ILAY NACHMAN, MATAN ECKSTEIN, ADDIR MESIKA Z”L AND SELA MAAGAN
Al igual que miles de personas, estos cuatro mejores amigos de Even Yehuda estaban convencidos de que iban a celebrar «la fiesta del año». Eran jóvenes de 23 años egresados del servicio militar, quienes empezaban a trazar sus planes para el futuro y disfrutaban a pleno de los mejores años de sus vidas. Amaban, se divertían, gozaban del mar y sus olas, viajaban, y sobre todo, estaban siempre unidos. Por eso, no había dudas de que también irían juntos al Festival de Reim.
Los cuatro se estaban preparando para la fiesta a la que también vendrían otras amigas; organizaron el equipo y la comida, y estaban ansiosos por empezar un fin de semana de música y baile. Siete personas salieron a festejar. Tres no volvieron. Cuatro regresaron con una gran carencia.
A las 6:30 hs. del siete de octubre, su mundo cambió para siempre. Cuando las sirenas empezaron a sonar, el grupo pensó que era otra ráfaga de cohetes, así que se apresuraron a subirse a sus vehículos para dirigirse a uno de los refugios a lo largo de la carretera principal.
Los refugios estaban repletos de otros celebrantes que también escapaban del peligro. Cuando encontraron uno con espacio libre, bajaron de los automóviles con la idea de resguardarse de los cohetes. Sela y Matan se percataron de que había un herido por ametralladora, y se dirigían a ayudarlo cuando un grupo de terroristas abrieron fuego contra ambos. Con la intención de no conducir a los atacantes hacia el refugio, decidieron quedarse afuera. Mientras los terroristas rodeaban el refugio, fueron alcanzados por las balas. Matan fue asesinado y Sela resultó gravemente herido.
Sela consiguió subirse a un vehículo en movimiento al que los terroristas también dispararon, ocultándose allí junto a otro herido.
Ilay, Addir y sus tres amigas permanecieron en el refugio donde se habían resguardado, sin saber qué había ocurrido con sus amigos. De repente, irrumpió un terrorista en el refugio. Ilay y Addir escondieron a las jóvenes bajo un montón de escombros y en un impulso de heroismo sin parangón, se abalanzaron sobre él y lo empujaron fuera del refugio, seguidamente, fueron tiroteados a muerte. En esta acción, lograron proteger a Romi, Yuval y Yuli, quienes sobrevivieron porque los terroristas pensaron que el refugio estaba vacío. Tras horas de incertidumbre Sela fue evacuado al hospital, sometido a una operación que le sacó del peligro inmediato, aunque ahora enfrenta un largo proceso de rehabilitación. Las tres jóvenes también fueron evacuadas, pero el grupo inseparable, que antes vivía intensamente, se desintegró.
El heroísmo de Ilay, Matan y Addir se manifiesta como una expresión del espíritu de lucha, determinación y sacrificio, así como de una verdadera amistad que implica la capacidad de preocuparse por los demás y estar dispuesto a protegerlos a cualquier precio, incluso con su propia vida.
A medida que se acerca la festividad de Janucá, recordemos que la historia se ha repetido. El heroísmo de los jóvenes y el milagro de Sela y las muchachas, pocos contra muchos, representan la intensificación de la victoria de la luz sobre la oscuridad, así como del poder del bien sobre el mal. Sela y las jóvenes sobrevivieron contra todas las probabilidades, gracias al ingenio y al coraje que vencieron la brutalidad de los asesinos.
